1.Siempre estás a tiempo: Nunca es tarde para comenzar a adquirir buenos hábitos saludables. Decídete y empieza.
2.Buenos hábitos en todas partes: Los hábitos saludables deben estar promovidos en una primera instancia por la familia y el colegio, ya que la salud se vive y se fortalece en la vida cotidiana.
3.Un poco de ejercicio: Realizar ejercicio físico de forma habitual y moderada de acuerdo a nuestra edad, complexión y estado físico. El ejercicio es bueno además para el desarrollo psíquico, clave para sentirnos bien. Dejar el coche y andar para ir al trabajo, olvidarte de los ascensores o las escaleras mecánicas pueden ser un buen inicio.
4.Menos tele y menos videojuegos: Limitar el consumo de televisión, videojuegos u ordenador que fomentan la vida sedentaria es una buena decisión. Pero teniendo claro que hay tiempo para todo.
5. Bebe agua, pero sin pasarse: El agua es un elemento fundamental para nuestra salud, bebe tanta agua como te pida tu cuerpo. También puedes sustituir parte del agua por zumos naturales o infusiones.
6. Comer sano y de todo: Los alimentos no son buenos o malos en sí mismos. A no ser que tengamos un problema que lo impida (por ejemplo: diabetes) se pueden ingerir todo tipo de alimentos con moderación. El “truco” consiste en aumentar la ingesta de frutas y verduras y disminuir la de grasas saturadas como la bollería industrial o los productos con elevadas cantidades de azúcar e hidratos.
7.Mantener una actitud positiva: Está comprobado que reír y buscar el lado bueno de las cosas aumenta la esperanza de vida.
8. Predica con el ejemplo: Es importante dar ejemplo a los más pequeños con nuestra propia conducta: ¡ya sabemos que los niños imitan todo lo que ven!